miércoles, 10 de octubre de 2012

Miles y miles… de veces más


Después de escucharte anoche, me levanté. Cuando pensé en todas las personas de los barrios, que arriesgaron su vida por poner un afiche con tu foto en su puerta, me levanté. Cuando entendí que hay más de seis millones y medio de venezolanos que piensan igual que yo, me levanté.
Confieso que me costó. La rabia y la frustración se apoderaron de mí esa noche del domingo. Lloré. Como si hubiese perdido a un familiar muy cercano. Dormí con la canción de “Hay un Camino” dando vueltas en mi cabeza. Pensaba una y otra vez: “Seis años más es demasiado”.

¿Qué pasó? No lo sé. Quisiera tener la respuesta. Quisiera entender a esos venezolanos que optaron por la opción violenta, de irrespeto y violación de derechos. Pensé que nos habías quedado grande. Y lo peor… Renegué de Dios. No entendía por qué no nos ayudó y debemos seguir en esto.
Y comprendí que fuimos demasiado ingenuos para pensar que podíamos acabar una tiranía de forma democrática. Pero es que eso es lo que nos han enseñado. Eso somos, demócratas.
Como tal, debemos aceptar los resultados de la contienda electoral. Porque es así: Unos ganan, otros pierden. Como dijiste ayer: “Perdió Venezuela y ganó el gobierno”. Pero fue ahí cuando verdaderamente escuché tus palabras: “Mientras hay vida, hay esperanza”. Sembramos la semilla del futuro y necesitamos que todos la cosechemos.
Creo firmemente que la vía democrática sigue siendo la mejor opción para oponernos a este régimen. Votaré una y mil veces más. Trabajaré por mi país una y mil horas más. Lloraré y reiré por Venezuela, una y mil veces más. Porque no quiero entregarles el país en bandeja de plata. Porque creo que somos capaces de recuperar las alcaldías y gobernaciones para equilibrar el poder. Porque somos muchos los que podemos darle esperanza a Venezuela.
Dios no nos abandonará, en algún momento lloraremos de alegría. Nos devolviste la esperanza, nos enseñaste a votar en positivo y no en contra de una opción. Lograste que creciéramos en tolerancia, que dejáramos el miedo de usar un símbolo político que no fuera de la tendencia del gobierno, que pensáramos en futuro. Nos uniste. Nos diste un líder.
Nos contagiaste de las ganas de trabajar por Venezuela. Nos hiciste entender que es trabajo de todos y no de pocos. Sumaste voluntades por este país. Y ahora, cuentas con una flota de seis millones y medio de venezolanos, que seguiremos construyendo el camino del futuro.

Gracias una vez más Henrique, algún día serás nuestro presidente... Y que Dios te bendiga.

Marielisa Manzanilla

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