Rumores
van y rumores vienen. La devaluación, escasez e inseguridad no desaparecieron
con el enfermo, más bien se acrecentaron en su ausencia. No es normal la
incertidumbre y mucho menos la cantidad de violaciones que ha recibido la
Constitución Nacional.
Tampoco
es normal la burla y la mentira en la que tienen sometido al pueblo venezolano.
¡En general! Porque todos los habitantes de este país tenemos el derecho de
saber dónde está la persona elegida para gobernar la nación.
Pero
no, seguimos conociendo noticias de nuestro primer mandatario por medios
internacionales o simples pajaritos que han ganado popularidad en Twitter.
Ningún reporte oficial ha sido 100% creíble. Ni los más aduladores del régimen
se han comido el cuento.
Porque…
Si todas las noticias dadas por el yerno del enfermo fuesen verdad, ¿por qué no
lo han juramentado? ¿O al menos hecho la pantomima de que lo hicieron? ¿Dónde están
los padres de Chávez que ni han asomado su cara por el Hospital Militar? ¿Nos
harán dudar que su amor paternal sobrepasa a su amor por el poder?
Son
muchísimas las interrogantes generadas. Pero ante tanta maldad del susodicho,
hay que aseverar que nadie merece ser usado para mantener a otros pocos en el
poder. ¡Y mucho menos en esas condiciones!
Si
yo fuese la hija de ese señor, -gracias a Dios no lo soy-, hubiese exigido que
el nombre de mi padre no fuese utilizado para fines políticos, sobre todo si
está moribundo en una cama. Pero el silencio de los familiares da mucho que
pensar.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXYdqcEbtgwyIeZQUV4D_leGTroMA7DlDE602zBM7K1M_elR0iuuNmaIPNY7h2bRT0hNKkNhrAibp64AwbfmDdWn88DBJoHysdACjfngPPv3t7C8gB04HahzsngN_I-VSBQSBxdxhFBPc/s320/chavez-enfermo.jpg)
Sobran
las preguntas sin respuesta en este caso; los rumores y la especulación. Sobra
la incertidumbre ante el escenario político, económico y social del país. Pero
sobretodo, sobra la indiferencia ante el deterioro de la nación.
El
primer paso para comenzar a enderezar este despelote, sería que lo dejen descansar
en paz. Si tanto lo aman, permítanle tener un final más tranquilo. Si ya se lo
llevaron a La Orchila, donde cuentan que Dios no escatimó en detalles, déjenlo
morir en paz. Y permítanle también a Venezuela descansar de tanto tumulto y
comenzar a mejorar el daño que hicieron. ¿O le temen al chavismo sin Chávez?...
Solo la historia sabrá.
Marielisa Mazanilla
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