Hay
un largo camino
Marielisa
Manzanilla
Mucho se ha escrito del 7 de
octubre. No quería ser una escritora más, que comentara la importancia de
asistir a las urnas ese día. Tampoco quería recalcar la nefasta gestión de este
gobierno, ni mucho menos las razones por las cuales debe llegar a su fin.
Pero las teclas me llamaron.
La esperanza que el flaquito ha esparcido en las calles de Venezuela, merece un
capítulo en mis escritos. Henrique Capriles caló… Y de qué manera…
En la calle se respira
alegría, se siente una esperanza, se ve un pueblo trabajando unido para
rescatar a Venezuela. Tenía mucho tiempo que no veía una movilización tan
grande y organizada, como la que he visto con estas elecciones.
Aprendimos. Supimos que en
la unión está la fuerza. Nos dimos cuenta que es ahora o nunca, que el país nos
necesita. Y nos tenemos que felicitar.
Estamos en la recta final y
las cabezas no se pueden bajar. A pesar de nuestra organización y esfuerzo,
tenemos un contrincante con mucho dinero, y con personas capacitadas para cosas
malas –por decirlo bonito-.
Nosotros, por nuestra parte,
estamos capacitados para defender el voto, para no dejarnos quitar lo que queda
de nación. Luego de que anuncien la victoria, es importante que entendamos que
el trabajo no finaliza allí.
De hecho, traza el comienzo de un largo y empinado camino, en donde TODOS
debemos trabajar por el progreso y la reconstrucción de la patria.
El flaco promete, pero no
puede hacerlo solo. Pequeñas cosas harán la diferencia, como por ejemplo no
comerse la luz, respetar las leyes de tránsito, pagar los impuestos, denunciar
la corrupción, hacer las cosas como se deben.
La logística y organización
debe continuar, sobretodo para los comicios de alcaldes y gobernadores, pues
todos los espacios conquistados serán de suma importancia para la
reconstrucción del país. Nos vienen tiempos difíciles, de meter al país en el
carril, de convertir a Venezuela en el ave fénix, y no podemos retroceder en el
sendero andado.
Hay un camino, comienza el 7
de octubre, muy temprano en la mañana y termina el día que Venezuela sea el
país que se merece ser. Capriles, es quien comenzará ese rumbo, pero nosotros
somos los responsables de continuarlo.
VOTA,
y ¡a trabajar por el país se ha dicho! Por supuesto que al final, valdrá la
pena.
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