lunes, 3 de enero de 2011

Perdónanos Venezuela

Perdónanos Venezuela, hay que pedirte disculpas por ser esos hijos que no son nacionalistas, por cansarnos de luchar por ti, por pensar que todo está acabado y permitir tu destrucción.Perdónanos Venezuela, por dejar que sean unos pocos los que te dañan y unos, aún más pocos, los que luchamos por ti. Perdónanos por no amarte lo suficiente como para dejar de pensar en el presente, en el ahora y no pensar en el mañana.
Hemos sido un pueblo sumiso, un pueblo que pocas veces se ha plantado en las calles para no permitir que te destruyan. Un pueblo que se cansa ante tantas amenazas, abusos y represiones, pero que no tiene el valor para pelear por ti.
Perdónanos por dejar que los jóvenes estemos siendo carne de cañón y no salir todos juntos, como hermanos, a demostrarte que te queremos. ¿Es que acaso tú no has sido lo suficiente buena con nosotros? ¿O simplemente no nos hemos dado cuenta de todas las bondades y bellezas que como madre tierra nos diste?
Y es que hemos sido bendecidos por Dios con un país hermoso, un país con paisajes cautivadores, que nos demuestran que hay un Creador por encima de todo. Es imposible no deleitarse con los escenarios que Dios ha decidido darle a Venezuela. Estoy segura que Adán y Eva eran venezolanos, porque el paraíso terrenal se encuentra aquí, en la nación que estamos permitiendo destruyan.
Porque estamos dejando que te destruyan, sino explícame: ¿cómo es posible que dejemos que el trabajo de todos sea hecho por unos pocos?, ¿por qué no le dueles a los adultos?, ¿por qué somos los jóvenes los que nos atrevemos a impedir tu destrucción? Estamos dejando que nuestro futuro luche por tu futuro.
Perdona Venezuela a esos trabajadores que no te quieren, que prefieren hacer magia con un sueldo inalcanzable antes que salir a reclamar sus derechos. Perdona a esos venezolanos que se cansaron de sacrificar un día de su trabajo por no obtener resultados inmediatos, ¿es que acaso en el mundo laboral la recompensa se logra de un día para otro? Perdónanos a todos, madre patria, por hacer una prioridad los planes de fines de semana y carnavales y no postergarlos por salir a defenderte.
Y es que pensamos que gritar consignas al unísono en un estadio de beisbol va a ponchar al jugador. No nos damos cuenta que se debe hacer algo porque la quincena no alcanza, porque la seguridad se desborda, porque la corrupción crece y crece y porque la propiedad privada está en peligro de extinción.
Perdónanos por ser tan cobardes, no hay palabras para explicarte tanta indiferencia. ¿Cómo es posible que veamos distantes la injerencia de un asesino cubano al país para supuestamente ayudar a corregir los problemas energéticos? Creo que hay suficientes ingenieros eléctricos venezolanos que pueden ayudar a resolver esa problemática, pero no alzamos nuestra voz de protesta para evitar que otros se metan en nuestros asuntos.
¿Cómo es posible que hayamos dejado que tus hijos médicos se fueran a otros países porque la presencia de los cubanos les había quitado la oportunidad de salvar la vida de sus hermanos? ¿Cómo es posible que dejemos que la libertad de expresión de tus hijos sea apagada una vez más? ¿Cómo dejamos que te vayan apagando las luces que te iluminan?
¿Por qué hemos sido tan malos hijos contigo? ¿Por qué sobreponemos nuestros intereses económicos y sociales antes que tu salud, que se ve debilitada por un cáncer en etapa terminal? ¿Por qué dejamos que más y más venezolanos sigan viajando en épocas de elecciones? ¿Por qué no logramos que todos nos quedemos a realizar los escrutinios y de manera pacífica ir buscando remedios para tu mal?
Creo que no nos hemos dado cuenta que tú te mereces algo más. Creo que mereces que todos juntos evitemos que te sigan destruyendo, que sigan acabando con tu belleza natural, con tu sistema de salud, con tus servicios públicos, con tu juventud, con tu futuro.
Sé que estás brava con tu pueblo pues no te ha retribuido las bondades que les has dado. Sé que por eso no has llorado últimamente, pues tu orgullo y desilusión no te ha permitido derramar una lágrima. Lloraste un poco de alegría el día que viste que tus estudiantes habían decidido dejar sus aulas por ti, pero cesaste de llorar en lo que notaste que tus hijos mayores no se atrevieron a sacrificar su tiempo y acompañarlos en la lucha.
Perdónanos Venezuela, por no quererte como te lo mereces, pero alégrate conmigo porque tus hijos más pequeños te amamos y estamos dispuestos a dar nuestra vida y libertad por ti.
Sonríe Venezuela, que en un futuro no muy lejano sonreirás con tus hijos menores. Guárdanos, Venezuela, tus mejores paisajes, tu mejor llanto, el que hará florecer todos los campos, y todas tus bondades, para que los que de verdad te amamos sepamos que nuestra lucha valió la pena.

1 comentario:

  1. QUE DESTRUCTIVOS SON UDS.CADA DIA ME CONVENCEN MÁS DE QUE CHAVEZ TIENE RAZÓN, A PESAR DE QUE NO ME GUSTA SU ESTILO. SE QUE HAY MUCHOS COMO YO, QUE LEEN Y SE INFORMAN Y SABEN QUE LOS DATOS E INFORMACIÓN QUE MANEJAN EN CUANTO A POBREZA, EMPLEO, VIVIENDA, ALIMENTACIÓN, SALUD....SON INVENTADOS Y NO SOPORTAN NI SIQUIERA UNA REVISIÓN DE WIKIPEDIA...BUSQUEN BUENOS ARGUMENTO, MIENTRAS ESO NO OCURRA, NO LES VEO VIDA.

    ResponderEliminar